Tendencia ecológica o necesidad latente

Existen muchas razones para utilizar la bicicleta en los desplazamientos urbanos de corto recorrido, ganamos en salud,  ayudamos al medio ambiente, contribuimos con  la calidad del aire, la tolerancia en la vía publica, y descongestionamos espacios saturados.

Muchos países ya han descubierto las grandes ventajas que el uso de la bici conlleva para la sociedad, y desde hace décadas vienen utilizando la bicicleta mucho más que en Argentina, donde por falta de políticas gubernamentales y sociales no se logra mejorar las condiciones de circulación y de fomento del uso de la bicicleta.

La bicicleta ha pasado de ser un medio de transporte marginal y reservado “para el verano”, a un elemento de tendencia fuertemente vinculado a la vida urbana. Las reinas del asfalto son ahora bicicletas plegables, ecológicas, cómodas y resistentes, sin olvidar un diseño de última generación que las convierte en objetos codiciados por los urbanitas más exigentes.

Los aficionados a la bicicleta aseguran que éste es el medio de transporte más eficiente que existe. Es rápida, no contamina, y necesita menos gasto energético que caminar, por ejemplo. Pero más allá de sus virtudes técnicas, la moda y las tendencias han sido lo que han impulsado un verdadero boom ciclista en muchas ciudades del mundo y sobre todo de Europa-

En los casos en que este modelo ecológico de negocio funcionó, la gestión pública jugó  un papel  fundamental fomentando el uso de este vehículo, pero también hay que tener en cuenta el éxito de algunas iniciativas privadas, como el “Bicing”, que permiten que cualquier abonado utilice durante media hora las bicicletas que se han repartido en diversos estacionamientos públicos a lo largo de determinadas ciudades, como puede ser el caso de Barcelona.

Las  bicicletas plegables, que se convirtieron en un  fenómeno ciclista 100% urbano, fueron  pensadas por y para la ciudad: resistentes y robustas pero muy ligeras y manejables al mismo tiempo.  La intermodalidad es una de las virtudes más apreciadas de este tipo de bicicletas, ya que una vez plegadas permiten subir a un autobús, al metro o incluso a un taxi sin ningún tipo de problemas ni restricciones.

La bicicleta negocio ecológico
Ante este panorama se abre un amplio espacio de negocio que podemos aprovechar ya que se necesitará complementar con la entrega de distintos tipos de servicios para la nueva cultura ciclista urbana, debido a la gran cantidad de necesidades que trae consigo el ciclismo en la ciudad.

Por un lado, son muchos los tipos de accesorios para estas nuevas bicicletas que serán necesarios comercializar, fomentando la aparición de tiendas especializadas en este tipo de productos  y por otro como en todo negocio será fundamental marcar la diferencia ofreciendo productos innovadores, con  estilos fashion que perfectamente puedan ajustarse a la moda diaria de la ciudad y el trabajo. Sin olvidarse la necesidad de contar con lugares destinado a las bicicletas urbanas, lo cual incentivará la construcción de estacionamientos para los vehículos ecológicos en todo tipo de edificios, establecimientos de uso público y privados.

El ciclismo urbano es pues una tendencia que está entrando fuerte en las grandes ciudades como una alternativa económica y saludable de transporte que, además, es respetuosa del medio ambiente.

Esta en nuestras manos tomar como ejemplo a otras ciudades del mundo y replicar este  sistema moderno, para convertirlo en un proyecto viable y ecológico, que en definitiva es útil para todos.